Cuando Jesús caminaba por Galilea, no solo llamó a pescadores como Pedro, Andrés, Juan y Jacobo.
También llamó a un tipo de hombre muy diferente: Mateo, un publicano (recaudador de impuestos). Este llamado nos muestra que Jesús no buscaba solo un tipo específico de persona, sino que su mensaje era para todos.
¿Quién era Mateo y por qué su llamado es significativo?
Mateo era un publicano, un recaudador de impuestos que trabajaba para el imperio romano. Los publicanos
tenían mala fama en Israel porque:
- Recogían impuestos para el César, no para el reino judío
- Muchos cobraban más de lo debido para enriquecerse
- Eran considerados traidores y ladrones por su propio puebl
A diferencia de los pescadores que Jesús había llamado antes, Mateo era probablemente un hombre rico.
La Biblia nos muestra que tenía su propia mesa de tributos y después de su llamado organizó un gran
banquete en su casa para Jesús y sus discípulos.
¿Cómo fue el encuentro entre Jesús y Mateo?
En Mateo 9:9-13 leemos:
«Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos
públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.»
Este encuentro nos revela varias verdades importantes:
Jesús ve más allá de lo que otros ven
Mientras la gente veía a un publicano odiado, Jesús vio a un futuro apóstol. Cristo tiene la capacidad de ver
lo que está en nuestro corazón. Él conoce nuestros pensamientos y puede ver nuestro potencial más allá de
nuestras circunstancias actuales o reputación.
La obediencia inmediata de Mateo
Lucas 5:28 añade un detalle importante: «Y dejándolo todo, se levantó y le siguió». Mateo no discutió, no
pidió explicaciones, no puso excusas. Simplemente obedeció de inmediato.
Dejar todo no significa necesariamente abandonar físicamente todas nuestras posesiones, sino darle a Jesús
el primer lugar en nuestro corazón. Para Mateo, significó dejar una vida centrada en el dinero para seguir a
alguien que no le ofrecía seguridad laboral ni riquezas materiales.
¿Qué hizo Mateo después de seguir a Jesús?
Mateo no solo siguió a Jesús, sino que inmediatamente:
- Invitó a Jesús a su casa (símbolo de invitarlo a ser Señor de su vida)
- Compartió a Jesús con otros (invitó a sus amigos publicanos y pecadores)
Esto representa el principio de la evangelización. Cuando experimentamos la libertad que Cristo nos da, naturalmente queremos compartirla con otros. No necesitamos memorizar fórmulas evangelísticas
complicadas; nuestro testimonio personal es la herramienta más poderosa
¿Cómo respondió Jesús a las críticas por relacionarse con pecadores?
«Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro maestro con los
publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.»
Jesús respondió a la crítica con compasión y claridad:
- Vino para los que reconocen su necesidad espiritual
- Prefiere la misericordia sobre los rituales religiosos vacíos
- Su misión es llamar a pecadores al arrepentimiento
Esto nos recuerda que ninguno de nosotros es justo por sí mismo. Todos necesitamos arrepentirnos y dar a Cristo el primer lugar en nuestras vidas.
¿Cómo podemos crecer en madurez espiritual como Mateo?
Aunque Mateo y los otros discípulos tuvieron momentos de duda y fracaso (como cuando se escondieron después de la crucifixión), eventualmente crecieron en madurez espiritual y dieron sus vidas por el evangelio.
La madurez espiritual no viene simplemente con el paso del tiempo, como el crecimiento físico. Viene a través de:
- Intimidad con Dios
- Llenura del Espíritu Santo
- Tiempo dedicado a conocer la Palabra
Cuando fallamos, debemos confesar nuestro pecado, levantarnos y seguir adelante. El Señor no solo quiere
que seamos salvos, sino que crezcamos y maduremos en nuestra fe.
Vida Aplicación
La historia de Mateo nos desafía a examinar nuestras propias vidas:
- ¿Qué ocupa el primer lugar en mi corazón? Como Mateo, necesitamos identificar aquello que podría estar robando el primer lugar que le corresponde a Cristo.
- ¿Qué necesito «dejar» para seguir a Jesús más plenamente? Puede ser una actitud, una adicción, una relación, o simplemente darle prioridad a Dios sobre otras actividades.
Esta semana, toma una decisión radical en algún área donde sabes que necesitas cambiar. Como Mateo, no pongas excusas ni demores tu obediencia. Recuerda que Jesús ve más allá de lo que otros ven en ti, y te llama a una vida de propósito y libertad que ninguna riqueza material puede proporcionar.